En este episodio quiero contarte sobre una historia muy interesante, la verdad a mí me hizo reflexionar bastante, espero que a ti también te haga reflexionar. Esta historia lo saqué del libro: “El buen amor en la pareja de Joan Garriga”. Joan Garriga lo cuenta a manera de ejemplo, sobre las relaciones de pareja. Yo lo he denominado Unión e Independencia. ..
Cuenta una vieja historia oriental que cuando Dios creó al hombre y a la mujer lo hizo en un solo cuerpo, por lo que ambos desconocían el sentimiento de soledad y de carencia. Estaban juntos, fusionados, completos, y eran felices. Pero pronto surgieron dificultades. A veces, el hombre quería caminar hacia el oeste y la mujer hacia el este. A veces, el hombre quería tumbarse a descansar y la mujer quería seguir caminando. Así que empezaron a pelear hasta que un día pensaron: no sería mejor separarnos? Entonces fueron con Dios y le dijeron:
- Serias tan misericordioso de darnos dos cuerpos?
Y Dios, que efectivamente es misericordioso, estuvo de acuerdo. Y al hombre le dio un cuerpo de hombre, y a la mujer, un cuerpo de mujer.
Ambos se sintieron entonces muy felices con sus nuevos cuerpos. Cada uno podía avanzar en la dirección que quería, así que un día el hombre comenzó a caminar hacia el oeste y la mujer hacia el este. Pero cuando llevaban un rato caminando en direcciones opuestas sintieron un pellizco de desazón, pues se echaban de menos y se dieron cuenta de que se necesitaban. De modo que desanduvieron el camino y corrieron a encontrarse de nuevo. Les sucedió lo mismo varias veces: cuando estaban juntos durante un tiempo, volvían a sentir la necesidad de caminar cada uno por su lado; pero, cuando lo hacían, sentían aquel malestar, por lo que desandaban el camino para reencontrarse.
La leyenda dice…
Así, dice la leyenda, llevan muchos años, y todavía no han conseguido resolver el asunto. Quieren pedirle a Dios que los ayude, pero no saben qué pedirle. Viven en tensión, en anhelo de ser uno y en anhelo de ser dos, en un conflicto no resuelto que forma parte ya de su naturaleza.
Es un claro ejemplo de la vida en pareja; en alguna etapa de nuestra relación, a veces sentimos la necesidad de independizarnos, pero pasado un cierto tiempo extrañamos la ausencia de la pareja, este dilema se ha tratado de resolver de una y mil maneras, para algunos han funcionado pero para otros lamentablemente siguen con la lucha.
Todos de alguna manera buscamos una mejor convivencia en nuestra relación en pareja, está claro que no podemos evitar alguna que otra discusión, un pleito, malos entendidos entre otros, sea cual fuese; como bien dicen, no existe el “y vivieron felices para siempre”, esto solo lo podemos encontrar en los cuentos de hadas.
La mayoría quizá nos preguntemos, ¿entonces para que la pareja? Ya que no se puede evitar las discusiones, lo que nos queda por hacer es: saberlo llevar, saber cómo y de qué manera actuar, en estos momentos de tensión, siempre y cuando no se lastimen el uno al otro.
Ahora yo te pregunto:…
¿Te has sentido en esta situación alguna vez?, ¿Y si fue el caso, cómo te sentiste?, ¿Cuál fue tu reacción? Te animo a que respondas en los comentarios.
Espero que esta pequeña historia al igual que a mi, te haya impulsado a pensar y meditar.
Muchas, muchas, muchas gracias por acompañarme en este nuevo camino que he iniciado, y sobre todo por darte el tiempo de leerlo… Y si crees que este Blog puede ayudar alguien que conozcas, no dudes en compartirlo
Un saludo muy cordial y te espero hasta un nuevo episodio y recuerda siempre: “primero amate a tu mismo, y luego podrás amar a los demás”.