La pereza

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¿Qué es la pereza?

La pereza es aquello que se vincula más directamente  a una posición frente a la negatividad, ya sea perteneciente del propio deseo, de las propias acciones y de las propias imaginaciones. Que va relacionada con la falta de voluntad para realizar diversas actividades, entre trabajar o atender los quehaceres del día a día, del desaliento de enfrentar o desarrollar las tareas que necesariamente se requiera ejecutar.

Por ejemplo: dormir más de lo debido, ver la televisión por horas prolongadas, recostarse en el sofá todo el día viendo las redes sociales, hacen que se desperdicien minutos, horas, semanas, meses e incluso años. Uno no se da cuenta de que ha dejado de tener esa fortaleza que antes quizá lo tenía, o si nunca lo ha tenido. Sentir pereza alguna que otra vez no tiene nada de malo, lo malo es que se repite día tras día.

¿Cómo influye en nuestras vidas?

Esto de permanecer en la vagancia, pueden influir bastantes circunstancias, entre ellas:

  • No tener un propósito definido.
  • Ser impaciente en cuanto a realizar actividades.
  • Estar desanimado o desanimada.
  • Tener la autoestima baja.
  • Mala alimentación.
  • Malos hábitos.
  • Poseer la rutina monótona y aburrida.
  • Sentirse agotado o agotada.
  • Realizar cosas que no le gustan.
  • Vivir en un lugar donde las personas andan en constante vagancia.
  • No tener confianza en uno mismo.

Permanecer perezosos o perezosas va muy llevada de la mano a la incapacidad de sentir que no hay nada que hacer.

«Respondiendo su señor, le dijo: siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí Mt. 25.26.»

Consecuencias

Cuando una persona tiene pereza, sus ánimos están tan bajos que realizar alguna tarea se vuelven una tortura, les cuesta mucho despegarse del lugar donde se encuentran ubicados, ya sea en la cama, en el sofá o en cualquier otro  lugar que les dé esa sensación de estar cómodos, sin hacer nada en todo el día, es ahí donde se ingresa a tal llamada zona de confort extremo.

La vagancia nos detiene, nos paraliza, porque no se avanza a ningún lado, no nos deja que tengamos éxito, nos aleja de nuestros propósitos, nuestras metas, nuestros objetivos, etc. Dicha pereza es muy engañosa y,  es muy fácil de sentirlo, conseguirlo y obtenerlo porque no se necesita más nada que hacer, nos distrae tanto que nos olvidamos de lo más importante en nuestras vidas, ya que es un hábito bastante negativo.

“Ve a la hormiga, oh perezoso. Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Pr.6.6-8”

Conclusión

Cuando uno ingresa a ese lado de la vaguería, entonces ha olvidado por completo aquello que alguna vez soñó, se olvidó hasta cómo vivirla. Solo espera que sea de mañana, o al día siguiente, para continuar su falta de diligencia, porque perdió toda la motivación en su vida. Solo esta por mantenerse vivo, sobrevivir es la única que afortunadamente lo mantiene en ese estado de pereza.


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